¡Hola, hola! ¿Qué tal estáis? Nunca imaginé que escribiría en una situación como la actual. Como la mayoría sabréis, en España -de donde yo provengo y desde donde os escribo- el Coronavirus ha llegado con una fuerza tremenda y a diario crecen el número de contagiados y fallecidos. 😢 Por ello, todos estamos recluidos en casa con el fin de poder frenar y aniquilar al bicho tal y como se merece. La verdad es que está siendo una época muy extraña. Por suerte, toda mi familia está sana. 🙏 Empezamos a oír casos cercanos de gente de mi pueblo o de conocidos contagiados y os prometo que todo esto parece una película. Seguramente muchos estáis como yo... ¿cómo lleváis la cuarentena? En mi caso soy muy casera, por lo que de momento lo llevo bien. Lo único que noto es que me cuesta mucho concentrarme en la lectura y estoy muy tensa (tengo la mandíbula que ni RoboCop 😂).
Pero sé que soy (y me siento) muy afortunada; estoy en casa, con los míos, con todas las necesidades básicas cubiertas y con muchos lujos también. Poder ver Netflix mientras como helado, dormir hasta tarde, cocinar dulces... ¿de verdad hay gente que se queja por tener que quedarse en casa? Somos unos PRIVILEGIADOS. Yo no tengo balcón, ni jardín. Llevo diez días sin salir ni un segundo de casa, y aunque a veces me encantaría respirar aire fresco y poder caminar más allá que del comedor a la cocina, solo tengo que hacer un papel muy sencillo: QUEDARME EN CASA. Y quedarme en casa pudiendo disfrutar de muchas cosas que hacía mucho que no practicaba. E incluso descubriendo nuevas aficiones que no había explorado por falta de tiempo. En cambio, nuestra sanidad se está jugando el pellejo cada día, exponiéndose para salvar nuestras vidas a cada segundo. Las fuerzas de seguridad, los equipos de limpieza, los trabajadores de los supermercados y farmacias, los transportistas... todos ellos salen cada día a la calle para que nosotros salgamos adelante. Os juro que me hierve la sangre cada vez que veo vídeos de gente saliendo porque sí, o cuando oigo testimonios de trabajadores sufriendo porque hay personas que van cuatro o cinco veces al día a comprar de poco en poco. ¡¡¡POR FAVOR!!! ¡RESPONSABILIDAD! ¡EMPATÍA! ¡RESPETO! ¡HUMANIDAD! No es tan difícil... 😔
Espero que todos los que os encontréis en países afectados estéis bien y los que me leéis desde otros lugares del mundo en que todo está en calma consigáis frenar al maldito virus mucho antes que nosotros. Son días difíciles pero seguro que el sol saldrá antes de lo que imaginamos. Mucha fuerza a todos. 🙏
Perdonad el soliloquio, pero es genial poder desahogarse un poquito con vosotros. Por cierto, quería agradeceros todos los comentarios en la entrada anterior, me alegra mucho saber que os gustó conocer esos pequeños detalles que me dieron vida el mes anterior. Hoy os traigo la lista del mes de febrero, justo antes de la pandemia. Como os he comentado, estos días estoy un poco dispersa, pero quiero aprovechar esta segunda semana de la cuarentena para subir alguna reseña, ¡espero conseguirlo!
Pero sé que soy (y me siento) muy afortunada; estoy en casa, con los míos, con todas las necesidades básicas cubiertas y con muchos lujos también. Poder ver Netflix mientras como helado, dormir hasta tarde, cocinar dulces... ¿de verdad hay gente que se queja por tener que quedarse en casa? Somos unos PRIVILEGIADOS. Yo no tengo balcón, ni jardín. Llevo diez días sin salir ni un segundo de casa, y aunque a veces me encantaría respirar aire fresco y poder caminar más allá que del comedor a la cocina, solo tengo que hacer un papel muy sencillo: QUEDARME EN CASA. Y quedarme en casa pudiendo disfrutar de muchas cosas que hacía mucho que no practicaba. E incluso descubriendo nuevas aficiones que no había explorado por falta de tiempo. En cambio, nuestra sanidad se está jugando el pellejo cada día, exponiéndose para salvar nuestras vidas a cada segundo. Las fuerzas de seguridad, los equipos de limpieza, los trabajadores de los supermercados y farmacias, los transportistas... todos ellos salen cada día a la calle para que nosotros salgamos adelante. Os juro que me hierve la sangre cada vez que veo vídeos de gente saliendo porque sí, o cuando oigo testimonios de trabajadores sufriendo porque hay personas que van cuatro o cinco veces al día a comprar de poco en poco. ¡¡¡POR FAVOR!!! ¡RESPONSABILIDAD! ¡EMPATÍA! ¡RESPETO! ¡HUMANIDAD! No es tan difícil... 😔
Espero que todos los que os encontréis en países afectados estéis bien y los que me leéis desde otros lugares del mundo en que todo está en calma consigáis frenar al maldito virus mucho antes que nosotros. Son días difíciles pero seguro que el sol saldrá antes de lo que imaginamos. Mucha fuerza a todos. 🙏
Perdonad el soliloquio, pero es genial poder desahogarse un poquito con vosotros. Por cierto, quería agradeceros todos los comentarios en la entrada anterior, me alegra mucho saber que os gustó conocer esos pequeños detalles que me dieron vida el mes anterior. Hoy os traigo la lista del mes de febrero, justo antes de la pandemia. Como os he comentado, estos días estoy un poco dispersa, pero quiero aprovechar esta segunda semana de la cuarentena para subir alguna reseña, ¡espero conseguirlo!
Por el momento, os dejo las diez cosas que me trajo febrero:
1. Vi hecho realidad un proyecto en el que trabajé antes de Navidad y en el que fue un privilegio poder participar. Y aunque encontré mil cosas a mejorar, me sentí orgullosa de ver que lo estoy consiguiendo. Hace ya tres años que confié -poco- y confiaron -mucho- en mí. Tres años desde que salté al vacío. Y aunque a veces siento vértigo, sé que cada día que pasa avanzo un paso más. Y eso me hace inmensamente feliz.
2. Celebré San Valentín. Cogidos de la mano, paseando y comiendo a medias un helado de yogurt riquísimo (¡soy adicta a ellos! Sí, a él y al helado 😝). Y acabamos el día leyendo juntos un libro que meses atrás había dicho que me encantaría tener y que él había recordado. Espero hablaros pronto de esta maravilla hecha de troqueles e ilustraciones. Es de Rébecca Dautremer y se llama "La cita". Arte en papel.
3. Después de años sin hacerlo, volví a vivir el Carnaval con ilusión. Ideé toda una semana de penyores (en Cataluña llamamos así a las premisas que pide el Rei Carnesoltes -el Rey del Carnaval- para cada uno de los días) que en casa se siguió con mucha diversión: calcetines dispares, maquillaje, diademas de orejitas y todo tipo de accesorios. Cenamos tortilla el día de la tortilla. Nos marcamos un disfraz low cost muy apañado en apenas unas horas y salimos a disfrutar con nuestros amigos de una rúa muy cañera.
4. Seguimos dando forma al proyecto de nuestras vidas. Aquel que empezó de casualidad un día cualquiera de verano y que inició decenas de paseos por una calle que ya en aquel entonces sentíamos como nuestra.
6. Superé mis miedos y me presenté a alguien que podía ayudarme en mi trabajo. Soy una persona bastante tímida y me cuesta mucho traspasar este tipo de barreras, pero me animé y lo conseguí. Y os cuento un secreto; fue muy bien. ♥
Fuente: The Golden Girl
7. Descubrí una serie que me fascinó, "Anne with an E". Devoré sus tres temporadas en apenas unos días. Una serie sencilla, sin pretensiones. Es todo ternura y manda unos mensajes maravillosos. Está basada en un conjunto de novelas escritas por Lucy Maud Montgomery y la podéis ver en Netflix.
8. En un plan improvisado acabamos pasando una tarde en casa de unos amigos que son ya familia. Charlamos de la vida y arreglamos el mundo desde el suelo de su salón entre lametazos de su perrita y porrazos de nuestra sobrinita postiza.
Fuente: Moon & Trees
9. Después de todo el día trabajando me sacaron a bailar. Spotify a tope, calzando Converse y con los muebles como únicos testigos del momento. Los viernes así, sí.
10. Horneé más de veinte magdalenas. De chocolate negro con naranja y de chocolate blanco. Os recomiendo especialmente estas últimas. Y amigos, no quedó ni una. 🙊
Fuente: Two Cups Flour
Recopilando todos estos recuerdos, creo que febrero me trajo días muy bonitos. ¿Me contáis alguno de los vuestros? ¡Os leo! Y también os abrazo. ♥